trastornos de personalidad
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¿Qué es?
Se caracteriza por un patrón de pensamiento y de comportamiento rígido e inflexible y que a menudo se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del individuo.
Se inicia en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el propio individuo y para las personas con las que convive.
El diagnóstico de los trastornos de la personalidad requiere una evaluación de los patrones de actividad de la persona a largo plazo, y las características particulares de la personalidad han de estar presentes desde el principio de la edad adulta. Los rasgos de personalidad que definen estos trastornos también tienen que diferenciarse de las características que surgen como respuesta a estresantes situacionales específicos o a estados mentales más transitorios (p. ej., trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, intoxicación por sustancias,…).
El clínico debe valorar la estabilidad de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo y en situaciones diferentes. La evaluación también puede verse complicada por el hecho de que las características que definen un trastorno de la personalidad en ocasiones no son consideradas problemáticas por el sujeto. Para ayudar a salvar esta dificultad, es útil la información aportada por otros observadores.
¿Cómo se identifica?
- Su comportamiento es problemático tanto a nivel familiar, laboral como social
- Son personalidades con una baja flexibilidad: La capacidad de responder de forma flexible ante las adversidades o los acontecimientos que no son de nuestro agrado suele ser un signo de madurez. La persona con alteraciones en su personalidad es más rígida en sus convicciones, en sus planteamientos y en sus comportamientos. Tiene dificultades que no le permiten movimientos de adaptación a las diversas
- Sus conductas provocan sufrimiento a la propia persona y a los que le rodean.
- Existe un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de las áreas siguientes:
- cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos)
- afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta emocional)
- actividad interpersonal
- control de los impulsos
- El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia al principio de la edad adulta.
- El patrón persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro trastorno mental.
- El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo
En función de la manifestación de la sintomatología manifestada, existe un consenso en clasificar dichos trastornos de personalidad en la categorías que a continuación se especifican:
Tipos de trastornos de personalidad
- Trastorno paranoide de la personalidad: es un patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.
- Trastorno esquizoide de la personalidad: es un patrón de desconexión de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional.
- Trastorno esquizotípico de la personalidad: es un patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento.
- Trastorno antisocial de la personalidad: es un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.
- Trastorno límite de la personalidad: es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y de una notable impulsividad.
- Trastorno histriónico de la personalidad: es un patrón de emotividad excesiva y demanda de atención.
- Trastorno narcisista de la personalidad: es un patrón que se caracteriza por la grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía.
- Trastorno evitativo de la personalidad: es un patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
- Trastorno dependiente de la personalidad: es un patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado.
- Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad: es un patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control.
Tratamiento
El trabajo con el paciente va dirigido a la concienciación sobre el diagnóstico, ya que muchos pacientes no consideran problemáticas su conducta ni manera de interpretar la realidad. En segundo término el trabajo va dirigido a abordar su experiencia interna y de comportamiento así como modificar los rasgos más disfuncionales que el sujeto presenta.
En caso de padecer otra sintomatología asociada, -ya que es frecuente en estos casos-, se abordará un trabajo específico dirigido a estas. Lo más habitual son, ansiedad, depresión, consumo de tóxicos, conflictos sociales,..
Terapia psicológica individual
Antes de iniciar el tratamiento es necesaria una evaluación clínica y psiquiátrica, para determinar el trastorno y distinguirlo de posibles trastornos asociados
El tratamiento de los trastornos de personalidad tiene que ceñirse al tipo específico de trastorno de personalidad presente en cada persona. El correspondiente tratamiento psicológico es largo, la terapia individual ayuda al paciente a enfrentarse a la realidad, a comprender las causas de su ansiedad, a reconocer su manera de pensar, cómo se relaciona con los demás y consigo mismo, además de fijar unos límites y establecer unos objetivos para comportarse de una forma diferente a la habitual que no comporte problemas.
La terapia de modificación de conducta puede ayudar ante el aislamiento social y a responder a las exigencias cotidianas. La implicación familiar es de suma utilidad a lo largo de todo el proceso terapéutico.
Tratamiento farmacológico
En algunos casos es conveniente complementar el tratamiento psicológico con un tratamiento farmacológico. Nuestro equipo, colabora con psiquiatras con los que trabaja de forma coordinada para poder hacer una valoración diagnóstica conjunta y alcanzar los objetivos terapéuticos.
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