Durante estos días en los medios de comunicación se ha venido hablando sobre el “Síndrome de la Cabaña” para referirse al miedo o la dificultad que algunas personas van a experimentar en el periodo de desconfinamiento.
Este “síndrome” no existe como tal en ningún manual de psicodiagnóstico. No hay referencias bibliográficas, ni artículos científicos publicados sobre el mismo.
¿Qué es?
Actualmente estamos sufriendo la pandemia de COVID-19 que nos está obligando a permanecer en casa el mayor tiempo posible. Tras varias semanas de confinamiento, siguiendo las noticias respecto a las infecciones y muertes por el virus (que todavía continúan), toca volver a nuestras rutinas previas.
Algunas personas van a desarrollar síntomas de ansiedad y miedo al contagio que pueden provocarles dificultades en la vuelta a la normalidad.
Otras han reducido su nivel de estrés gracias al confinamiento y la vuelta a su puesto de trabajo puede generarles un rechazo por las dificultades de relación con sus jefes y/o compañeros, el volumen de trabajo o su insatisfacción laboral.
No podemos olvidar las consecuencias sociales, laborales y económicas que la pandemia puede traer, especialmente la incertidumbre sobre el futuro. El aumento del paro, los ERTE, las pérdidas de familiares y amigos son factores estresantes que nada tienen que ver con el miedo al contagio ni con el desconfinamiento.
Todas ellas, por diferentes motivos, pueden desarrollar trastornos del sueño, labilidad emocional, ansiedad o irritabilidad.
¿Cómo afrontarlo?
El enfoque va a ser diferente dependiendo de cada caso. Por ello es importante evaluar su frecuencia e intensidad. Estamos ante un trastorno adaptativo que puede tener fácil solución.
Afortunadamente, la “desescalada por fases” va a ser algo similar a las técnicas de exposición en psicoterapia. La vuelta no va a ser de golpe, por lo que tendremos tiempo para ir adaptándonos a los cambios que se vayan sucediendo.
Igual que nos hemos hecho al confinamiento, muchos de nosotros volveremos a adaptarnos a nuestra rutina laboral y social. En el caso de que esta ansiedad sea muy intensa y frecuente e interfiera en nuestro bienestar, es recomendable acudir a un psicólogo para que nos ayude a gestionarla.
Psicóloga en Barnapsico
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