El síndrome de asperger es un trastorno con causa desconocida que afecta de 3 a 7 niños de cada 1000, siendo más frecuente en el sexo masculino. La importancia de dar a conocer este trastorno se encuentra en que el pronóstico es mejor si la intervención es temprana y adecuada.
El síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo que se caracteriza por:
1. Limitación significativa de la actividad social
- Se relaciona mejor con adultos que con sus iguales.
- Les cuesta entender las reglas de los juegos y casi siempre quieren ganar.
- Falta de empatía.
- Tienen más rabietas de lo habitual y presentan reacciones emocionales exageradas.
- El colegio suele ser una fuente de conflictos con sus compañeros y puede ser objeto de burla y/o abuso.
- Es inocente socialmente, no sabe cómo actuar ante las situaciones.
2. Dificultades en la comunicación
- No suele mantener el contacto ocular.
- Interpreta las frases literalmente, por lo que tiene problemas para entender chistes, bromas…
- Puede hablar en un toco alto, peculiar y monocorde. En ocasiones, utilizan un lenguaje pedante e hiperformal.
- Les cuesta mantener una conversación larga. Tienen tendencia a realizar monólogos sobre sus temas de interés y presenta dificultades para respetar el turno conversacional.
3. Dificultades motoras
- Tienen problemas de coordinación motora. Esto hace que no les gusten determinadas actividades deportivas, como, por ejemplo, jugar a la pelota, hacer gimnasia, etc.
- Presentar problemas para vestirse, abrocharse los botones, etc.
4. Presencia de temas de interés absorbentes y limitados.
- Tiene una serie de intereses restringido. Dedica tiempo a buscar información sobre ese tema y pregunta obsesivamente por el mismo.
- Presenta tendencia a mantener rutinas, por ello, le gusta que su entorno sea predecible.
- Repite compulsivamente ciertas acciones o pensamientos.
- Tiene un pensamiento rígido siendo difícil hacerles cambiar de opinión.
En el síndrome de Asperger, no hay una alteración en el desarrollo del lenguaje, tal y como ocurre en el autismo, y tampoco aparece retraso en el desarrollo cognitivo, en la mayoría de los casos, tiene una inteligencia normal e incluso, un porcentaje de ellos, superior a la media. Estas dificultades en implican un deterioro en la vida social de los afectados por este síndrome, que se manifiesta en distintos contextos como son, por ejemplo, en la escuela o en la propia familiar.
Los alumnos con SA (síndrome de Asperger) tienen un estilo de aprendizaje diferente, puesto que presenten un pensamiento más visual. Por ello, les resulta más fácil memorizar imágenes que palabras. Por otro lado, también presentan déficits en la planificación y la toma de decisiones, dificultades a la hora de comprender información abstracta, y problemas de atención. Otra cuestión a tener en cuenta es que para los alumnos con SA el colegio es un ambiente estresante, porque tienen que atender, comportarse adecuadamente, etc. Las dificultades en la interacción social hacen que sean blanco fácil de burlas y que les cueste tener amigos.
Algunas estrategias que podemos usar en el aula:
- Pactar momentos de aislamiento y proporcionar técnicas de relajación.
- Educar a los compañeros sobre cómo responder a su inhabilidad social y utilizar a un compinche para ayudarle en el patio.
- Usar ayudas visuales (horarios, agendas, mapas conceptuales, lista de actividades).
- Enseñar conductas sociales (historias sociales…).
- Separar las tareas en pasos más pequeños.
- Enseñar técnicas de estudio basadas en la memoria visual.
En el ámbito familiar, antes del diagnóstico pueden aparecer sentimientos de confusión, ansiedad,…etc. Tras el diagnóstico la familia puede tener distintas reacciones (shock, negación, tristeza, rabia…). Con el tiempo suele llegar a aceptarse la situación y es en ese momento, cuando estamos en el camino para poner soluciones. Una tarea muy importante que debe abordar la familia es la de enseñar al niño con SA ciertas habilidades sociales y emocionales que otros niños aprenden intuitivamente. Para ello, será necesario explicarle las normas sociales y lo que se espera de él de forma explícita, cómo su conducta afecta a los demás y enseñarles a ponerle palabras a las emociones. Se pueden realizar algunas actividades como poner caras en el espejo, hacer un diccionario de emociones, colección de frases hechas, etc. Otro problema que aparece es la dificultad para adaptarse a los cambios. Para ello, la familia deberá anticiparse a los cambios y explicar lo que va a suceder, se puede utilizar un tablón de anuncios, horarios, calendario…
Para cuidar de una persona con SA son fundamentales 4 cosas:
- Previsibilidad.
- Estabilidad.
- Respeto.
- Paciencia.
Referencia bibliográfica:
Wing, L. (1982). Autismo infantil. Aspectos médicos y educativos. Madrid: Santillana.
Fuente: Psicovalencia